jueves, 9 de junio de 2011

¡A su salud!

Por: Carlos Moreno

Con un trago en la mano y recordando los momentos especiales que había vivido con sus amigos del Colegio Luigi Pirandelo, se encontraba Fernando Bohórquez de 19 años, celebrando su cumpleaños el 11 de abril del 2010 en casa de Alfredo su mejor amigo. Entre risas, recocha y sobre todo mucho alcohol Fernando “piti”, como le dicen sus amigos, sentía una pequeña molestia en una de sus axilas.

Para mayo de 2010, Fernando incrédulo en que algo malo podía estar pasando, no le prestó atención a una bola, dice el “como un grano ciego grande de los que salen en la cara”, que nacía en su axila derecha y que con el tiempo, tras llegar a un tamaño considerable, empezaría a provocar más bolitas o “granos ciegos” en la parte superior de su pecho hasta formarle una parecida a la de su axila pero en el cuello.

Con preocupación por esa “alergia”, que para su mamá Elvira su hijo tenía, a Fernando a finales de Julio y tras varios exámenes le diagnosticaron Linfoma no Hodkin, una enfermedad del sistema linfático que ataca directamente a los conductos por los cuales se desplaza la sangre y que tiene una continua reproducción de células, lo cual hace que se formen bolas o tumores cancerígenos en distintas partes del cuerpo donde se acumula la mayor cantidad de células producidas.

Como un ataque por la espalda fue para la familia Bohórquez Peña saber que su hijo menor padecía esta enfermedad, la cual hasta ese entonces no parecía tener mayor daño en Fernando más que las bolas que le salían en su cuerpo.

Después de haber recibido sus 19 años de edad con ese obstáculo en su vida que no lo dejaba estar en tranquilidad, Fernando empezó sesiones de quimioterapia cada 20 días con un medicamento llamado MabThera, los cuales tendrían  que durar tan solo 6 meses y que debido a un retraso en las terapias en Saludcoop, su EPS, hasta el momento n o ha completado su tratamiento y han cambiado el MabThera por Rituximab lo cual presento otro gran problema en la familia Bohórquez.

Como muchas personas en la misma situación ahora los Bohórquez hacen parte de los colombianos que no pueden costear un medicamento de mas de 100 millones de pesos; así  quedo constatado en un informe de La Federación Médica Colombiana (FMC) donde queda constatado los recobros de las EPS por el Rituximab, el cual no lo cubre el plan obligatorio de salud POS, y que se cobro por valor unitario a 140.000.000 pesos colombianos.

El karma para Don Fernando Bohorquez, padre de “piti”, quien antes pagaba alrededor de 5 millones de pesos por Mabthera, es incierto, pues a pesar de tener un sueldo que podía cubrir los gastos del anterior medicamento no puede pagar los m{as de 100 millones que Saludcoop le pide por Rituximab.

 La única salida que ve Don Fernando es la resolución 05 del 2011 del ministerio de protección social en la cual los recobros máximos por medicamentos NO POS serian de 4.680.475 pesos colombiano.


Ahora Don Fernando tomando con una copa en la mano dice: “a su salud”, esperando que la situación mejore en pro de la vida de Piti, su hijo.

Una verdadera carrera contra el tiempo

Con una alegría desorbitante se reflejaba en los ojos de Augusto la venta de dos de las casas que tenía a su cargo como agente inmobiliario, los espacios de cuatro pisos cada uno con un área de 6 por 12  metros serían entregados a las familias Tocasuche y Duarte, respectivamente, ocho días después de cerrado el negocio.

A sus 44 años de edad y con la responsabilidad de mantener a sus dos hijos (Jhon y Omar), Augusto Viasus ultimaba los detalles de las dos casas vendidas: los pisos y las paredes en perfecto estado, las ventanas totalmente limpias,  las barandas de las escaleras instaladas y, principalmente, que no hubiera ningún tipo de filtración de humedad en los muros a causa del fuerte invierno capitalino.

Una vez revisado todo y con la seguridad de tener los inmuebles preparados y listos para su entrega, Augusto cerraba con orgullo y regocijo las puertas de las casas que representaban una significativa suma de dinero después de vendidas, ingresos que, según él, utilizaría para la universidad de Jhon, su hijo mayor, que espera iniciar su carrera profesional en el mes de agosto.

Como dos pilares imponentes se encuentran ubicadas estas dos viviendas en El Mortiño, un barrio estrato dos en la localidad de Engativá, donde la mayoría de hogares de uno o dos niveles ubicados a orillas del Humedal El Jaboque, se veían opacados por la fachada y la altura sobresaliente de los futuros domicilios de las familias Tocasuche y Duarte.

Frente a estas casas, su calle sin pavimentar, lodosas por el invierno y desniveladas, preocupaban en gran medida a Augusto, quien, con una aparente intranquilidad en su voz, exclamaba: “Dios quiera que no llueva esta noche, porque veo grave la entrada de los camiones del trasteo por ese barrial”.

Sobre las diez de la noche, cuando Augusto se encontraba en su casa descansando y esperando a que se llegara ese día tan esperado para él y para dos familias más, el cielo del noroccidente bogotano parecía pronosticar una fuerte lluvia en la madrugada.  Los habitantes del sector, algo temerosos, se refugiaban en sus oraciones para que el Humedal, que por estos días sigue teniendo sus aguas por encima de los canales creados por el Acueducto de Bogotá, no se desbordara a causa de las lluvias.

Días atrás, vecinos del Mortiño se reunieron para planear y llevar a cabo un plan de limpieza en los canales del Cenagal, pues el agua que debía estar corriendo por éste se encontraba estancada, debido a la cantidad de basura que reposaba en las rejillas de filtración y que habitantes del mismo sector echaban al ecosistema como si fuese un basurero más en la ciudad.

Tras pedir la colaboración de ATESA, empresa de Aseo Técnico de la Sabana, y de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, sin recibir respuesta,  pocos habitantes del Mortiño, motivados por la preocupación de un posible desbordamiento del “caño”, como ellos lo llaman, se dividieron con palas,  largos palos y algunas “redes” improvisadas hechas con bolsas de plástico y costales de nailon para limpiar las rejillas contaminadas que impedían el paso normal del agua en el humedal.

Balones de futbol, muñecos y juguetes viejos, botellas de gaseosa, ropa y hasta muebles en estado de podredumbre fueron sacados de las aguas sucias del Jaboque. Pero el esfuerzo admirable de estos habitantes no bastó. Más adelante, durante el recorrido de las aguas del Jaboque, en barrios como Villa Amalia, Villas del Dorado y El Muelle, las basuras seguían acumulándose. Tanto, que ya parecían ser parte del cenagal y convertían cada minuto para esta población en una verdadera carrera contra el tiempo que tenían que ganar,   para evitar una inundación igual o peor que la de otros barrios de Bogotá.

A la una de la madrugada, los fuertes destellos de los rayos, el constante sonido de las pesadas gotas sobre los tejados y el croar de las ranas en las orillas del humedal eran las distintivas señales del fuerte aguacero que caía en el sector, anunciando que esa carrera contra el tiempo la ganaría nuevamente la madre naturaleza, a pesar de los esfuerzos que días atrás hicieron residentes del Mortiño.

Durante ocho horas el agua golpeó el techo y las fachadas de las casas de ese “nuevo” barrio de la localidad de Engativá, donde sus habitantes, algunos fuertes y decididos a limpiar lo que unos pocos echaron en el humedal del Jaboque, querían luchar contra lo que la mala cultura ciudadana de sus residentes produce.

Eran las cinco de la mañana cuando las primeras luces en las ventanas se empezaron a encender. Los inquilinos de los primeros pisos del conjunto de casas colindantes al Jaboque serían víctimas de aquel lodazal negro y mal oliente que bajo sus puertas empezó a entrar, y que con su paso dañó muebles, electrodomésticos y otros objetos. Con resignación y algo tristes por lo sucedido, dueños y ocupantes de los hogares en El Mortiño se armaron de  baldes, ollas, recogedores y palas para empezar a sacar el lodo y las aguas negras que invadían los pisos, puertas y paredes que horas atrás se encontraban limpios.

A pesar del intento fallido de algunos vecinos del sector por sacar basuras del cenegal, como don Francisco (empleado de una droguería) y las hermanas Elisa y Rosaura (dueñas de una casa en el Conjunto Villa Álamos), se levantaron con el mismo empuje que día tras día los obliga a trabajar, pero esta vez un poco más temprano de lo acostumbrado para evacuar el agua que, sin avisar, por debajo de sus puertas, sifones e inodoros inundó sus viviendas.

Ya amanecía en El Mortiño cuando del otro lado de la avenida, los negocios que no fueron alcanzados por la inundación empezarían a abrir sus puertas. Con estos abriría sus ojos Augusto Viasus, quien vive a veinte minutos en bus de allí y que estaría listo para recibir a los Tocasuche y a los Duarte, quienes estrenarían dos de las casas más bonitas de esta zona aún en construcción en Engativá.

Con su llegada al lugar, la actitud positiva y alegre que siempre lo acompañaba al abrir los inmuebles se decayendo: las casas nuevas que 24 horas atrás eran dos pilares imponentes que llamaban la atención, parecían consumidas por un viscoso, mal oliente y espeso lodo que aparentemente afectó solo el primer piso. Sin botas ni los implementos necesarios para entrar, Augusto “metió la pata”, literalmente, y se disponía como todos los días a verificar el estado en el que se encontraban los inmuebles.

A pesar del estrecho hueco que separaba las puertas principales del piso con baldosas blancas de las viviendas, las aguas del humedal, que recorrieron el sector acompañadas de lodo y de las basuras que los vecinos no pudieron sacar, mancharon las paredes del primer nivel, dañaron las entradas de corriente y taparon los sifones de cocina y baños acompañados de un olor fétido y desagradable, que parecía ahuyentar a los que serían sus nuevos dueños. Como si fuera poco, la preocupación de Augusto por la entrada de los camiones a la calle era una realidad: el suelo estaba impasable y la calle sin pavimentar convirtió el sitio en un verdadero reto para los transeúntes y habitantes del sector. 

Algunos vecinos, solidarios con lo ocurrido, con las mismas ollas y palas con las que sacaron el lodo y el agua de sus hogares, ayudaron a Augusto a limpiar el lugar. Pero en los baños, el agua negra se rebosaba por el inodoro y el lavamanos, poniéndolo, ahora a él, en una verdadera carrera contra el tiempo.

La colaboración que vecinos de El Mortiño pidieron con ansias antes de la inundación parece haber llegado, pero después de ésta. Miembros de ATESA se presentaron en horas de la tarde para limpiar el humedal mientras la policía, con un megáfono en mano  y actitud de “inmediata” colaboración, avisaba que las cisternas no podían ser bajadas hasta nueva orden en todos los baños de El Mortiño, para así evitar que un nuevo desbordamiento en el “caño” del lugar. 

“¡Cómo son las cosas de la vida!”, replica Augusto, recordando que apenas la noche anterior había verificado que en los muros de las casas no se filtrara la humedad, había cerrado puertas y ventanas de los últimos pisos para que el agua no dañara la pintura ni los pisos blancos que se acababan de instalar y ahora, con una llamada telefónica, tendría que avisar a los Tocasuche y los Duarte que sus casas sin estrenar se inundaron por el invierno que azota a Bogotá.

Sin espacio en las cárceles del país

Por: Carlos Moreno Bermúdez

Con la sentencia dictada a Manuel, Miguel y Guido Nule días atrás, el Ministro de Defensa Germán Vargas Lleras declaró que por ahora no era posible trasladarlos al pabellón  de servidores públicos en La Picota, debido a que no hay espacio para un recluso más. Por otro lado, desde hace ya algún tiempo el Director del INPEC, el General Gustavo Adolfo Ricaurte viene preocupado por la situación, en cuanto a infraestructura y capacidad, del sistema carcelario del país y dijo que si para el 2014 no había por lo menos 5 cárceles más los centros de reclusión colapsarían.

¿Qué debe hacer el gobierno ante un panorama tan preocupante? Para Luis Eduardo Castro coordinador del grupo de análisis estadístico del INPEC, el trabajo mancomunado que se viene llevando a cabo hace unos meses atrás con el Gobierno y el Ministerio del Interior, llamado Plan Maestro de Infraestructura Carcelaria, es la única Salida viable -por ahora- que puede minimizar el problema de hacinamiento por el que está pasando el sistema carcelario del país.

Para el funcionario es vital el traslado de varios internos en Bogotá a nuevas cárceles como lo es Las Heliconias en el Caquetá, pero al mismo tiempo acepta que estas medidas no bastan para frenar el inevitable incremento de personas que ingresan anualmente a las penitenciarías en el país, así lo reveló el Director del INPEC quien aseguró que al año solo 800 personas salen de los centros de reclusión mientras unas 3500 entran como prisioneras.

Si bien las cifran son desalentadoras, para los familiares de los reclusos el panorama también es borroso. Mercedes Burgos, familiar de un recluso en La Picota, dice estar preocupada por el estado en el que vive su hermano Andrés en dicho lugar, según ella “es tan estrecho el espacio que a él le toca compartir la celda con cuatro personas más” lo que refleja la grave situación en la que se encuentran muchos reclusos en toda Colombia.

Por ahora queda claro que no hay espacio para más recibir sentenciados en las cárceles del país y que posiblemente a las autoridades competentes, como el Gobierno y el INPEC, les tocará tomar medidas alternas al Plan Maestro que están desarrollando,  ya que este último tiene vigencia de 10 años, en los cuales basándonos en las estadísticas entrarían aproximadamente unos 35.000 reclusos y que muy seguramente  en cárceles de mediana seguridad como Las Heliconias no darían abasto ni para sostenerlos.

Acreditación de falsa calidad

Por: Carlos Moreno

Si bien en Colombia existe el CNA (Consejo Nacional de Acreditación), que califica la calidad de instituciones de educación superior y programas de pregrado y posgrado en el país, entonces, por qué no ver los procesos que se llevan a cabo para la acreditación cómo una oportunidad para saber que fortalezas y falencias tienen los programas universitarios y no para obtener un título que simplemente acredite que el programa de pregrado (cualquiera que sea) es de falsa calidad.

Para las instituciones de educación superior en el país se ha vuelto importante presentar sus programas a procesos que certifiquen la calidad de los mismos, más aún cuando en Colombia el nivel de la educación comparado con el de otros países de la región como Chile, Brasil o México  es muy bajo.

A pesar de que contamos con muy buenas universidades y con excelentes programas de pregrado y posgrado, es increíble saber todo lo que hacen algunas instituciones solo por obtener un certificado que acredite que el programa tiene condiciones óptimas y con muchas fortalezas para llamarlo de “alta calidad”, pero, ¿En qué momento existe una acreditación de falsa calidad?

Si me preguntarán a mí que elementos son necesarios para obtener dicha mención, diría que son cinco puntos básicos y que deberían existir en todo programa académico:

-          Un plan de estudios consecuente con el perfil de la carrera y que le permita al estudiante explorar los diferentes campos donde podría desenvolverse.



-          Una planta docente con experiencia, calificada no solo para formar profesionales competitivos sino personas seguras y con calidad humana.


-          Suficientes recursos materiales que faciliten el trabajo del estudiante, más aún cuando la educación privada en el país es costosa.


-          Infraestructura apta para albergar la cantidad de estudiantes del programa y que permita el libre esparcimiento de quienes ocupan la universidad.


-          Por último, el reconocimiento tanto de estudiantes como de egresados en la sociedad, porque no hay mejor reflejo de lo aprendido y lo practicado que la credibilidad que adquiere un programa académico por medio de sus aprendices.

Pero si todo fuera claro y transparente en dichos procesos, no existiría una repentina estrategia de comunicación entre directivos y estudiantes, que nunca ha habido, solo para que al momento de la visita de los pares académicos (personas encargadas de evaluar el pregrado) el estudiante diga: “sí, estoy enterado y conozco todo lo que hace mi facultad ”; no existiría un plan de remodelación “flash” en sitios que durante años no fueron aptos para clases y que quieren hacer ver como espacios  adecuados para la formación; no existiría la compra repentina de equipos de última Tecnología que nunca hubieron solo para aparentar que siempre estuvieron a disposición del estudiante; y sobre todo, no existiría la poca información acerca de eventos tan importantes como la reunión de los pares académicos con los estudiantes, donde se supone el alumno expresa lo que en realidad pasa dentro de su facultad y la percepción que tiene de esta.

No hay mejor forma de saber si los millones que muchas personas gastan semestralmente está bien invertido que teniendo la certeza que estudian en una universidad ejemplar con pregrados de “alta calidad”, si bien, Colombia está avanzando en el campo de la educación superior, debería ser evidente la satisfacción de los  estudiantes acerca de la calidad del programa que estudian. Pero, yo me hago una pregunta, ¿Es claro un proceso de acreditación cuando aún en su última etapa existe tanta inconformidad por parte del cuerpo estudiantil?

EDITORIAL - La adopción de menores en parejas homosexuales: un camino lleno de espinas.

Esta semana se abre nuevamente la discusión acerca de la adopción de menores por parte de parejas homosexuales en el país. La Corte Constitucional estudia el caso de una pareja de lesbianas que solicitó la adopción de la hija biológica de una de ellas, para que ante la ley, las dos mujeres sean las mamás de la menor.

La pareja, conformada por una colombiana y una alemana, lleva 13 meses lidiando una disputa jurídica por una tutela que presentaron al recibir una negativa por parte del ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar), cuando solicitaron la adopción de la hija de una de las involucradas.

El caso lleva de nuevo a discusión el término de familia que se plantea constitucionalmente, que ante la ley colombiana, la familia se entiende como la unión voluntaria de un hombre y una mujer para contraer matrimonio, excluyendo y dejando a un lado la posibilidad de que personas del mismo sexo constituyan un núcleo familiar.

Al parecer, el sueño de muchas parejas gay en Colombia empieza a cobrar vida, pues dentro del polémico caso también se solicita a la Sala Plena, que se llevará a cabo durante la semana, que revise las políticas con respecto a la adopción, pues en el país, esta última es posible en familias unicelulares, es decir, el tramite de adopción es legal en personas que no necesariamente estén casadas.

A pesar del apoyo por parte de juristas reconocidos  como el Magistrado Juan Carlos Henao,  quien en su ponencia resalta la importancia de una redefinición de famililla en el país que ayude a agilizar procesos como el matrimonio y la adopción entre parejas homosexuales,  siguen habiendo detractores tanto políticos como religiosos que prefieren tomar el camino de la desigualdad social, negándole a un niño una familia y a una pareja hacer familia.

Aunque personas como el Procurador general de la Nación, Alejandro  Ordoñez, se nieguen a la posibilidad de dar vía libre a una ley que permita la adopción de menores por parejas del mismo sexo, escudando sus argumentos en la aparente “defensa a la familia colombiana” y basándose en un marco constitucional, las cosas parecen ir por buen camino. En Antioquia, ya existe un caso similar, donde el Tribunal Administrativo de ese departamento permitió legalizar la adopción de una pareja gay por medio del ICBF.

La decisión de la sala plena es fundamental. En juicio se encuentra un paso adelante en igualdad y justicia a favor de la población LGTB ó un rotundo estancamiento en políticas conservadoras que limitan la posibilidad de algunos de construir hogares, que aunque diferentes en su formación tradicional (mamá, papá e hijos), parecen tener las mejores intenciones de fundar familias basadas en el respeto y la libre expresión de sus miembros.

En caso de un fallo a favor, socialmente el avance puede ser polémico pero significativo. La familia debe ser vista como el núcleo de personas que se respeta, quiere y apoya entre sí, sin importar si es hombre y mujer quienes la forman. En el país queda demostrado que un matrimonio tradicional no garantiza la seguridad ni estabilidad emocional ó económica de un hijo, entonces: ¿por qué no darle la oportunidad de formar una familia a estas personas?

Editorial Por soborno, capturado Ramón Ballesteros en la sala de audiencias de la Corte Suprema de Justicia.

Con un video contundente, donde el jurista Ballesteros ofrece $100.000 USD  a David Hernández López, testigo en el caso de la parapolítica, se abre otra investigación de desprestigio contra miembros de la Corte suprema de Justicia. El turno ésta vez es para el ex congresista Luis Alberto Gil, quien es el defendido de Ballesteros y el cual habría salido beneficiado si Hernández hubiera accedido a la petición de su abogado declarando a su favor, pero comprometiendo al magistrado auxiliar de la Sala Penal, Iván Velásquez, como la persona que ejerció presión para que declarará en contra suya.

Los hechos hablan por sí solos, En el video grabado el pasado 9 de febrero en un aeropuerto de los Estados Unidos, Ramón Ballesteros no solo pedía a Hernández una declaración favorable en el caso de Luis A. Gil, también advirtió al testigo que si no lo hacía, Rodrigo Pérez, ex paramilitar conocido como “Julían Bolivar”, actuaria en contra de su familia.  Así se demuestra que su labor de defensor, no se limita a defender la verdad en pro de causas justas, al contrario, sus actos revelan un juego sucio que desacredita, una vez más, el papel del abogado en nuestro país.

A pesar de que Ramón Ballesteros haya aceptado los cargos en su contra por soborno, dice el no pertenecer a organizaciones criminales. ¿Acaso sobornar e intimidar a un testigo clave en un caso tan espinoso como lo es la “parapolítica” lo excluye de pertenecer a un grupo criminal?

Nuevamente el intento por desprestigiar a un miembro de la Corte Suprema se frustra, es claro que en su intento por “salvar” a su defendido, el abogado Ballesteros buscaba poner en tela de juicio al magistrado auxiliar Julián Velásquez, responsabilizándolo por actos de los cuales él, (Ballesteros), estaba siendo protagonista.

Por ahora Ramón Ballesteros se encuentra recluido en los calabozos del DAS y se espera que se esclarezcan sus actos como abogado defensor del ya investigado por parapolítica Luis Alberto Gil.

“¡Qué nadie se equivoque! La batalla por la seguridad no la damos por ganada todavía”.

El Presidente Juan Manuel Santos realizó un balance de sus primeros seis meses de gobierno e hizo un llamado a las FARC para que dejen el terrorismo.

Mediante una intervención televisiva, anoche, el Presidente de la República habló de los avances adquiridos durante sus primeros meses de gobierno: la Unidad Nacional, la política diplomática, la vivienda y el agro.

“Gracias a la Unidad Nacional se han sacado adelante algunas de las más importantes leyes de los últimos tiempos con un trabajo admirable del congreso”, afirmó el Presidente  destacando la reforma de la salud y la ley del primer empleo. También resaltó la disminución en la tasa de desempleo durante el 2010 y aseguró que “más seguridad, más trabajo y menos pobreza” son las metas centrales de su gobierno hasta el 2014.

Santos calificó como “locomotoras”  los avances en la vivienda y el agro, sustentando que la titulación de 378 mil hectáreas a campesinos desplazados y comunidades étnicas, ya cumplió las tres cuartas partes de la meta que se fijó para abril de este año. El mandatario, también agradeció el apoyo internacional durante la crisis de invierno por la que atravesó el país y destacó los avances con alcaldes, gobernadores y fuerza pública en el tema.

Al mismo tiempo, agradeció al ex presidente Álvaro Uribe Vélez y las Fuerzas Armadas por su legado en la de Seguridad Democrática, pues a ésta política atribuye una ampliación en la agenda internacional, mencionando al mismo tiempo, la distensión con los países vecinos y un repunte en el ámbito mundial.

Por otra parte, durante su alocución el Presidente Santos se refirió al tema de la ilegalidad fuertemente, afirmando que seguirá enfrentando el terrorismo y la delincuencia con toda firmeza, recordando el abatimiento de alias “Mono Jojoy” y alias “Cuchillo”, como ejemplos, mientras no haya una iniciativa de dialogo por parte de éstos grupos ilegales.

A pesar de valorar positivamente la liberación de cinco secuestrado en poder de las FARC (3 uniformados y 2 políticos), el mandatario dijo que no era suficiente y  exigió a este grupo “la renuncia al terrorismo, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión y a la intimidación”, pues, “los colombianos exigimos, demandamos, la liberación de todos los secuestrados”, expresó.

“Qué nadie se equivoque! La batalla por la seguridad no la damos por ganada todavía” asintió, tras destacar la cifra más baja de homicidios que se presentó en los últimos 25 años durante el 2010, afirmando que se están tomando medidas contundentes a favor de la lucha por la seguridad.